Allá al fondo está la muerte, pero no
tenga miedo. Sujete el reloj con una mano, tome con
dos dedos la llave de la cuerda, remóntela
suavemente. Ahora se abre otro plazo, los árboles
despliegan sus hojas, las barcas corren regatas, el
tiempo como un abanico se va llenando de sí mismo y
de él brotan el aire, las brisas de la tierra, la
sombra de una mujer, el perfume del pan.
¿Qué más quiere, qué más quiere? Atelo pronto a
su muñeca, déjelo latir en libertad, imítelo
anhelante. El miedo herrumbra las áncoras, cada cosa
que pudo alcanzarse y fue olvidada va corroyendo las
venas del reloj, gangrenando la fría sangre de sus
rubíes. Y allá en el fondo está la muerte si no
corremos y llegamos antes y comprendemos que ya no
importa.
Manual
de Instrucciones
Julio
Cortazar